martes, 23 de agosto de 2011

Prostitucion: La vida de un travesti.

Prostitución: La vida de un travesti.
Hola, mi nombre es Ivanna, tengo 24 años de edad y mi verdadero nombre es Carlos… Soy travesti.
Puedo empezar contando mi vida desde los 10 años, nunca fui un niño normal, desde chiquita era femenina de a madres, fíjate que pensándolo bien, capaz que fue eso lo que ocasiono la primera violación que sufrí… Y fue igual a los 10 años un cabron pendejo de 17 años que era mi vecino y me agarro bien pesado y me jalo atrás del kínder que estaba por mi casa, me metió a la pinche escuela y así como fue me violo, me dejo bien lastimado, me acuerdo que mi colita sangraba bien feo pero ni dije nada porque el cabron me dijo que me iba a matar si yo soltaba lo que me hizo.
Luego mas jodida yo a los 11 me vuelve a pasar lo mismo pero ahora el que me violo fue mi tío, hermano de mi mamá, ya ni se si fui muy inocente o de plano bien pendeja porque cada vez que me violaba, yo sentía mucha pena por lo que él me hacía y mas cabron, lo que hacía que yo le hiciera, la verdad yo a esa edad pensaba que eso no existía, o sea ¿si me explico?, pensaba que la gente gay no existía, pensaba que era una cosa rara en el mundo y pues no chingues cuando me ponía a chuparle el pene, yo hasta decía: “Que pinche enfermo soy”.
Y así paso el tiempo, hasta mis 12 años, casi 13 y por fin se acabaron las violaciones, mi infancia fue bien culera, yo nunca oculte que era así, pero eso fue lo que ocasiono que mis papas me metieran unas golpizas de aquellas, había días en que terminaba bañada en sangre, y es enserio, bañada en sangre porque mi mamá me pegaba bien feo y como tenia uñas largas imagínate, ahora piensa en cómo me dejaba mi papá, me pegaba con lo que tenía a la mano, una vez me metió un madrazo con un vaso de vidrio de esos gruesos, me lo reventó en la cabeza y pues (comienza a llorar) imagínate como me sangraba.
Ya de plano un día, me atreví a llegar con uñas de acrílico y con las cejas tatuadas… ¿Qué loca no?
Imagínate como fue el impacto así cañón para mis padres (se ríe a carcajadas), pero pues ya que madres me importaba, yo era feliz siendo así y ellos ya estaban de más. A los 16 años, ya era toda una perra, me salía en las noches de mi casa, ya vestida de mujer y caminaba por el centro, ahí fue donde empezó mi vida nocturna, me topaba con cada cabron que me pagaba que $100 o $150 si les hacía sexo oral y pues yo siempre emocionada porque me pagaban dinero por hacerlo y pues era bien ingenua, porque me conformaba con esa miseria solo porque me podía comprar mis cositas. Fue ahí donde empecé ya cuando tenía 18 años a pararme en las esquinas, pero yo no sabía que tenías que tener un padrote, yo salí el primer día sola y me pare en la esquina de guerrero y 5 de mayo y las travestis que se paraban ahí me metieron una buena chinga, pero de aquellas (hace una mueca y retuerce el cuello y brazos) y después el padrote de ellas me vio cuando estaban madreándome y pues la verdad soy una travesti muy bonita, no es por nada pero mira estas nalgas (se pega una nalgada del lado izquierdo y se ríe), o sea tú crees que si fuera cualquier loquita con peluca me habrían escogido, no mi amor, las travestir que “Poncho” maneja son muy bonitas.
Fue así que empecé a prostituirme, me detuve hasta los 22, y pues lo hice porque de verdad necesito el dinero, además de que o sea, cuando una travesti va a encontrar un trabajo normal? Obviamente nunca, más que en estéticas y distribuidoras de belleza pero pues, trabaje en una estética y la verdad no fue lo mío, ahí conocí a un señor que me insinuó que quería sexo conmigo y me ofreció $500 y yo necesito el dinero, acepte y después de hacerlo con él, me informo de un bar donde las travestis eran meseras y también daban sexo por dinero, no lo dude y al salir de trabajar me arregle y me puse mis mejores garritas y me fui a pedir chamba ahí, el dueño tuvo sexo conmigo y me dijo que si, que si le servía y ese mismo día empecé, tuve 6 clientes de las 12 de la noche a las 4 de la mañana y eso les dio una pinche envidia a las demás travestis que a lo mucho por noche tenían 3 clientes y hasta eso, nomas les hacían sexo oral (sonríe sínicamente).
Ya después me dijo una de las travestis que se volvió mi amiga, que había una página de internet donde podía conseguir mejores clientes y ganar mucho más dinero y pues yo enseguida busque la página y como fue, metí mis fotos, escribí mi perfil y me describí bien provocadora y en ese momento empezaron las solicitudes y empecé a trabajar desde el internet, yo a todos mis clientes los atiendo en el mismo motel “Los Pinos” porque ya me la hicieron una vez, un pendejo me llevo a su casa y todo, el tipo es bastante de dinero y vive en el piso 8 del edificio y resulta que me dice que se enamoró de mí y que no me iba a dejar salir, me pidió que le cumpliera, tuvimos relaciones y todo y me tuve que dejar meter cosas por atrás (pone cara de asco) y ya después fue que me dejo irme.
Y pues con el tiempo me acostumbre a todo, me ha tocado cada cliente pidiéndome cosas que dices “no mames” te quedas con la boca abierta, ¡He hecho de todo! (puso énfasis al decir todo), he tenido clientes que quieren que los vista de mujer, que los penetre, me contratan mujeres para ver cómo me penetran y como penetro a sus esposos. El precio que cobro es de $800 a $1000 dependiendo del cliente, claro, a veces dejan propinas muy buenas, me han tocado clientes de todo tipo, policías, tiradores, profesores, doctores. He hecho muchísimos tríos con hombres y mujeres pero nunca he penetrado a una mujer....
Muchos clientes me han pedido zoofilia cosa que no he hecho y no porque me asuste simplemente no me apetece. En este trabajo me enterado de muchas cosas y he pasado por muchas cosas, lo que me hizo empezar a trabajar en esto fue que por desgracia aquí como en muchas partes hay muchísima discriminación y no es fácil encontrar un trabajo "normal". Ya ahorita no me arrepiento de mi trabajo, aprendí a disfrutarlo por mas asqueroso que este el cliente trato de excitarme para así poder disfrutar y no quedar con asco.

Aunque como comente anterior mente hay cada cliente algunos asquerosos y sucios con un olor asqueroso a sudor, pene y todo, en cambio también me han tocado clientes guapísimos súper limpios a los cuales siempre les regalo 1 hora gratis extra (se ríe). Yo si beso a los clientes, bueno no a todos, cuando me maman las tetas me doy cuenta si les apesta la boca con el residuo de saliva y les digo "sorry no beso" (se carcajea).
En este trabajo puedes obtener muchas cosas pero nunca… Amor. Eso sí, lujos, regalos, cositas así, lo que si es que si he encontrado muy buenos amigos que fueron clientes y terminamos siendo buenos amigos, ahorita tengo 24 años y hasta ahorita he tenido más de mil clientes y gracias a dios nunca e tenido problemas de golpes con ellos, con las demás travestis si pero nunca con los clientes, porque las travestis somos bien perras.....el prostituirte no es así de “Ay voy a coger para que me paguen”, para hacer esto debes de ser muy valiente y ser de mente muy abierta… y también de piernas muy abiertas (se carcajea), los clientes siempre quieren desquitar hasta el último peso que te pagan, te piden cosas que quizá ni tu sepas que existen o que nunca pensaste hacer, las cuales tienes que hacer para no exponerte a que el cliente se moleste y que incluso, se atreva a golpearte, aunque si me golpean saco el macho que tengo metido en el cuerpo, seré vieja por fuera pero también se me defender.
¿Por qué el hombre busca a la travesti? Fácil, porque nosotras hacemos lo que sus esposas o novias nunca les harán, un cuarto de motel encierra muchísimas cosas e historias, cosas que quizá nadie cuente, las personas piensan que uno va al motel, tienen relaciones, se vienen, pagan y listo, continúen con sus vidas, pero no, jamás es así de lindo, el cliente te pide cosas que nunca le pediría un hombre a su mujer, nos piden que les mamemos el ano, que le chupemos los pies, que les metamos un dedo, ósea ¿Tu qué piensas que siento yo al meter mis uñas de acrílico en el culo de un pendejo?.
No es que yo sea una persona sucia, simplemente, ya nada me asusta, en este mundo aprenses a soportar casi de todo, a hacer cosas que jamás nadie se iba a imaginar y mejor dicho, cosas muy inusuales, muchas chingaderas encierra este trabajo.
Yo en lo personal no veo mal mi trabajo, pero tampoco lo veo bien, es un trabajo por así decirlo, pero no es algo bien visto y pues con mucha razón porque todo lo que hacemos va contra lo que dice la moral y a veces desearía dejar de hacerlo pero si lo dejo, nadie me va a ofrecer un trabajo bien, no termine la secundaria, y es lo mínimo que aquí piden por trabajo, aparte, cualquier trabajo te ofrece $2,500 a la quincena a lo mucho, pero yo eso lo saco en un día, este trabajo al menos deja buen dinero, pero yo en lo personal, a nadie se lo recomiendo…
Opinión personal.
A partir del relato previamente descrito, se puede pensar en la idea de que la prostitución, de una u otra manera, es un oficio, un trabajo que quizá no sea digno, pero que sin embargo existe en nuestra sociedad y en todas las sociedades del mundo.
Desde tiempos muy remotos conocemos la existencia de este oficio donde en diversas civilizaciones, las mujeres principalmente, brindaban sus servicios como acompañantes sexuales a cambio de alimentos, dinero o recursos que en aquel entonces eran muy indispensables para las personas.
Hablando específicamente de los travestis, se puede señalar que  es el trabajo alternativo porque como se menciona en el relato ¿Quién quiere contratar a una travesti para ser por ejemplo, maestra de kínder?. La respuesta, nadie quiere, la sociedad se encuentra encasillada por desgracia en una discriminación inmensa, donde las personas que son diferentes en cuanto a preferencias sexuales, modos de vida, condición económica, son rechazadas, este rechazo es el que los orilla a, como se diría coloquialmente, agarrar lo que caiga.
El travesti que accedió a compartir su historia lo menciona claramente, el no recomienda  la prostitución como trabajo, porque sencillamente, es un trabajo donde se arriesga todo, un trabajo donde la dignidad no existe, donde se expone la integridad física y moral del sexo servidor, donde están en total vulnerabilidad hacia malos tratos, malas contestaciones, golpes e incluso, se expone la persona a perder la vida.
Muchos también, señalan la prostitución como un medio de supervivencia, un trabajo u oficio, una profesión. Si bien, “las obreras del colchón” obtienen beneficios económicos a cambio de sus servicios sexuales, no se puede señalar como un trabajo digno de respeto, es un trabajo claro está, pero no es digno ni merecedor de respeto, quizá el sexo servidor sea merecedor de un reconocimiento por su valor al atreverse a realizar tantas locuras que solicitan los clientes.
Se puede considerar la prostitución un fenómeno psicológico, social y económico. Primero que nada, fenómeno, porque es algo que hasta la fecha es considerado como “no aceptado”, “no común”. Es psicológico, porque en este caso, la persona entrevistada, menciona que sus inicios fueron un buen número de violaciones, por lo que se puede afirmar con toda seguridad, que conoció y experimento las relaciones sexuales desde los 10 años de edad, sufrio maltrato físico y emocional por parte de sus padres y de sus violadores, todo esto le acarrea psicológicamente un trauma que de una u otra forma debe descargar. Es social porque las personas que desempeñan esta actividad, son parte de la sociedad, es la sociedad quien repele o acepta este tipo de cosas, es quien las origina. Finalmente, es económico por el simple y sencillo hecho de que quienes laboran en esta actividad, reciben un pago por sus servicios, cada sexo servidor tiene su tarifa propia, en este caso oscila entre los $800 y los $1000.
Como conclusión, es importante hacer un hincapié en la gran variedad de situaciones riesgosas que conlleva desempeñar esta profesión u oficio, como sea que se le llame, en la disposición del trabajador a ser denigrado y rechazado por la sociedad, a ser visto con malos ojos por la gran mayoría, a ser siempre una persona impura.
Las personas que desempeñan este tipo de trabajo, caen en ello por diversas necesidades, faltaba mencionar que un sexo servidor, puede ser incluso una persona con trastorno de ninfomanía que busca saciar su sed de placer y de paso reunir unos cuantos pesos, puede ser como en este caso, un individuo que sufrió abuso sexual en su infancia y rechazo por  parte de su propia familia y fue la manera de salir adelante por sí mismo, o podría ser la gran necesidad económica que en esos tiempos es más notoria que antes, el abandono de un esposo orilla a la esposa a buscar trabajos de esta índole por ser lo que está al alcance, la hija que es expulsada de su casa, busca una fuente fácil de ingresos monetarios, las jovencitas que son explotadas por sus padres o por alguna otra persona que las tenga a su merced, deben trabajar con arduo esfuerzo para poder tener que llevarse a la boca.
Después de todo, ¿Es la prostitución un oficio digno y recomendable?, cada quien forja su propio criterio, la gran mayoría, por lo que la gente cuenta, algunos otros, muy pocos en realidad, conocen el verdadero mundo que se esconde detrás de la prostitución.
Por: Onix Colt